miércoles, 6 de julio de 2011

Caleta Tortel

Cuando publiqué la entrada de Patagonia SIN Represas olvidé mencionar que el motivo principal para cruzar la frontera con Chile, fue conocer Caleta Tortel.

La primera vez que supe de Tortel fue hace 5 años en un programa de Discovery. Tengo la costumbre de anotar en una libretica de bolsillo los lugares que quiero conocer y sobre los que voy escuchando historias interesantes... digamos que estoy empezando por materializar sueños remotos y en este caso tuve suerte que recordara a Tortel. Cuando descubrí en un mapa que quedada tan al sur de la patagonia chilena como yo estaba de la argentina, me intrigó aún más imaginarme la excesiva soledad que podría existir en un poblado que está ‘encaletado’ literalmente entre dos campos de hielo. No sabía mucho más de Tortel, salvo que su particularidad consistía en una singular arquitectura vernácula basada en infinidad pasarelas de maderas que suben y bajan a lo largo y ancho del fiordo.
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Caleta se le llama a las bahías de poco tamaño. Tortel, el apellido del francés que defendió a Chile cuando Perú intentaba invadir Valparaíso. Así nació Caleta Tortel… con vocación de Puerto, -pero no pesquero-. En Tortel se explota económicamente el Ciprés de las Guaitecas.

Lo primero que sentí de Tortel fue su esencia, su fragancia…
y para mí,
que una primera experiencia sea olfativa, ya de por sí es magia pura.
No es posible distinguir el poblado hasta no encontrar las primeras pasarelas. El ciprés en cambio tiene un aroma tan dulce -y es tan grande el bosque nativo de Tortel-, que de repente y suavemente fui respirando aceites de canela y ciprés hasta darme cuenta que estaba viva y respirando.
Con la brisa gris de esa tarde rasgada por el sol sobre la espalda y el perfume vacío de tu recuerdo, quise convertirme en ciprés para rociar tus sueños con mis manos y transportarte conmigo o quizás hacia mí. En Tortel me sentí viva. Me duele aceptarlo pero he perdido mi capacidad olfativa por una tonta resignación fisiológica y en parte el mundo está mal porque hemos permitido que otros sentidos menos esenciales determinen la vida. Es evidente que me haya sentido más viva que nunca en Tortel. Respirando como pocas veces puedo. Disfrutando del increíble aroma de los esbeltos árboles del ciprés.

Caminar por Tortel es como jugar una yincana. No hay rutas claras; no existe una avenida principal.
Es imposible recorrer Tortel en otro transporte que no sean los pies…
Seguí instintivamente la pasarela que me llevaría a caminar por encima del mar. Bueno no es mar. En realidad Caleta Tortel es un fiordo conectado con el mar y lo que antes estaba cubierto por hielo de ventisqueros es ahora un roquerío costero que tiene como fondo el legendario Golfo de Penas. Esta geografía accidentada,
ubicada en la zona de archipiélagos australes de la Patagonia chilena, tiene islas, canales, quebradas y estuarios y también pertenece a la XI región de Aysén donde desemboca el río Baker por lo que Caleta Tortel es también una región amenazada por Hidroaysen.

No sé cómo explicar la arquitectura de Tortel, es surrealmente diferente a cualquier asentamiento humano conocido. En la localidad no existen calles, ni mucho menos callejones. Las vías para trasladarse entre las casas y los establecimientos públicos son pasarelas de madera. Hay más de 15 kilómetros de pasarelas construidas y cada una tiene su respectivo nombre tal como ocurre en cualquier calle de la ciudad. Las pasarelas pasan a orillas de la playa y llegan hasta los cerros; hay tiendas, plazas y miradores durante el recorrido. Al principio creí que Tortel era un poblado pequeño pero qué va, caminé subiendo y bajando escaleras hasta el cansancio y las pasarelas parecían no tener fin. Un día tuve que subir 234 escalones para darme cuenta que el camino terminaba ahí…  ese mismo día, al caer la tarde, conocí unos piratas de verdad. Comprendí que ningún camino está trazado hasta que demos los pasos de nuestro propio camino.

La vida en Caleta Tortel transcurre tranquila para visitantes y 500 habitantes. Del turismo viven en verano y con leña sobreviven el invierno. Los Tortelinos -creo que así se les llama- tienen una forma de vida adaptada a las condiciones del lugar. La arquitectura está en armonía con el entorno y desearía tener una fotografía aérea para que apreciaran mejor lo que yo intentaré explicar con palabras imprecisas: Caleta Tortel es un árbol.
Las pasarelas de madera son el tronco/ramas del árbol: los fuinques, mañíos, canelos y cipreses sembrados en los costados de las pasarelas se ven como hojas pues sus troncos se pierden con la perspectiva de los desniveles del terreno, y las casas, coloridas en su gran mayoría, hacen de frutos. Debido a la frecuencia con que llueve en Tortel, los bosques son siempre verdes y este terreno pantanoso, con textura de esponja, es perfecto para que el ciprés de las Guaitecas crezca a sus anchas con su excepcional resistencia. Lo que a simple vista puede parecer una selva del trópico es en realidad este bosque austral en medio del hielo y por momentos casi al mismo nivel del río.

Caleta Tortel parece una provincia embrujada, de ficción. Lo único que irrumpe el legendario silencio es el sonido de alguna lancha que se desplaza como taxi o quizás el de una sierra trabajando la madera. Dicen que el ciprés, al igual que el cedro, es por naturaleza resistente a la pudrición y a los ataques de insecto. Esto hace que su madera sea sumamente comercial, apetecida y productiva. El 90% de las viviendas en Tortel son hechas con esta madera y se van a seguir construyendo más pasarelas en la medida en que más gente aterrice en la zona. Las casas sobre el agua se llaman palafitos.

La madera del ciprés es extremadamente duradera. Su porte alto, delgado, enhiesto y estrecho, parece un dedo señalando al cielo y no por nada fue el ‘árbol de la vida’ para griegos y romanos y el canalizador de tantos ritos en el oriente medieval. Una madera venerada era el ciprés. La historia de Tortel cuenta que todo se edificó sobre los restos madereros que dejó la avalancha de incendios en 1920. Esa misma madera se aprovechó para construir embarcaciones pequeñas y ni hablar de los grandes buques que se hicieron en la antigüedad con el ciprés.

Por lo aislado que queda Tortel los alimentos cuestan el doble de lo que se paga en las ciudades y la energía eléctrica para ellos es gratuita; no es de extrañarse si se tiene en cuenta que hasta el 2002 la única forma de abastecimiento posible era un barco que llegaba cada tres meses. Un año más tarde cambió esta situación cuando se construyó 20 kilómetros de desvío por la carretera austral para que pobladores y turistas pudieran entrar y salir de la Caleta en vehículos… (hasta llegar al estacionamiento). Porque una vez el bus se detiene en las faldas del poblado, empieza la experiencia única y casi mágica de Caleta Tortel. Pero eso sí, cuando las condiciones climáticas se tornan ariscas por el invierno imposibilitando los desplazamientos, la Caleta queda completamente aislada y encerrada en sí misma como prisionera de su propio hielo.

Caleta Tortel fue declarada zona típica en el año 2001. El territorio es un 80% constituido por Áreas Protegidas y las cualidades estratégicas de su ubicación con respecto a Punta Arenas, por ejemplo, más la profundidad de sus aguas para permitir el ingreso de grandes barcos y barcazas y la protección que cordilleras escarpadas le dan a la Caleta contra las tormentas de mar abierto, condenaron a Caleta Tortel como fábrica de exportación de postes de cipreses estableciendo así su principal fuente de sustento. Yo traté de indagar datos precisos sobre la exportación mundial pero creo que temen alguna denuncia porque no existen planes de reforestación.

Quedé con ganas de hacer la excursión a la Isla de los Muertos. Este cementerio, ubicado a orillas del río Báker y a unos 3 kilómetros de Caleta Tortel, fue declarado Monumento Histórico y en temporada turística es una de las atracciones principales. La historia oficial cuenta que en 1.906 120 trabajadores chilenos de la Compañía explotadora del Báker murieron por una ‘epidemia de escorbuto’ cuando trabajaban en faenas de corta de ciprés. Los Tortelinos tienen otra versión al respecto y dicen que la empresa se olvidó de ellos y los dejó sin provisiones para no pagarles el salario. Así que este centenar de tumbas guardan sigilosamente el secreto de una posible masacre colectiva. La empresa quebró luego.

Abandoné Caleta Tortel y seguí mi rumbo con la felicidad de haber estado en uno de los lugares más excepcionales de Chile que es un destino olvidado por mochileros y chilenos. La silenciosa Caleta me dejó tranquilidad en el alma y músculos en la pantorrilla. Creo que el dulce aroma de sus bosques quedará guardado en la memoria de mi piel como una huella indeleble de este viaje.

.encontré este link de Tortel. está bueno. http://www.bandycoot.net/tortel .





6 comentarios:

  1. que chevere recorrer esos lugares, espero hacer cosas asi!

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  2. Este lugar es tan mágico como vos. Debe tener muchos colores, para q tus ojos hayan puesto su mirada en este lugar. Buen viaje mi aventurera multicolor. Un beso!!!!

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  3. Seria fascinante que hicieras una historia paralela, en la que nos cuentes más sobre las experiencias, cómo se vive, como conoces a las personas, que paso en ese camión que te llevó a dedo, quienes te regalan cosas, que han significado las personas y sus constumbres...
    Sos muy bella y eso es ganancia para estos viajes, todos queremos estar cerca de la belleza. Como te ha ido con eso? No temas.

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  4. hola maria! soy cesar me encanto tu pagina! me eh tomado un buen tiempo para leer todo y la verdad me a gustado!! . lo unico que no encontre es tu casilla de imal. si podes agregame vos te dejo mi mail!! cesariturrez@live.com.ar
    un beso grande espero verte pronto!

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  5. Juliana, soy Jane, de "Cochrane". Empacando las cosas con Felipe para volvernos a nuestra querida Victoria, encontramos tu mail y tu blog q nos habias escrito... Lamento que no hayas ido a Chiloé, algun día volveras a recorrer nuestro país...ah! y me alegro que por fin pudieras llegar a Tortel y disfrutar su delicioso aroma y arquitectura. Espero que hayas podido ver orcas en Madryn para q valga la pena XD. Esperando que ester super bien y siguiendo tu alocada ruta, te enviamos muchos saludos!

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  6. Mi Julie,,,
    llevaba varios dias sin leerte, sin embarcarme en ese viaje contigo al leer cada anegdota y ver sobre todo esas fotos tan increibles que tomas...creo seriamente que tu destino esta en la fotografia, asi que cuando regreses a Cali recuerdame presentarte a un familiar mio (un poco loco y sollado como vos) que es fotografo, hippie y aventurero, creo que tienen mucho en comun.
    Me encanta recorrer sur america con cada uno de tus viajes...no dejes de escribir...
    Un abrazo
    Martika

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