Luego de visitar la Cueva de las Manos y matarme el coco pensando en cómo ocurrió la primera iniciativa de poner esas ‘manos artísticas’ sobre la pared y si fue con intención o por exploración, crucé la frontera con Chile desde Los Antiguos, un pueblo por cierto bastante pintoresco y prolijo. El propósito era simple: conocer el sur de Chile recorriendo la Patagonia desde esta perspectiva para ver cómo el inmenso Lago Buenos Aires se convierte en el General Carrera por cuestiones políticas y no naturales. Sin embargo, en esta entrada no voy a describir paisajes ni lugares; tampoco voy a narrar sueños o aventuras. Quiero opinar sobre un tema político con el que coincidí. Luego de parar en Chile Chico, Puerto Guadal, Puerto Bertrand y Cochrane, la bienvenida de este último destino fue una manifestación que se llamaba ‘Patagonia sin Represas’.
El conflicto es el siguiente: hace poco el gobierno aprobó un proyecto para transformar esta bella región en un gran artefacto de producción de electricidad destinada a las empresas mineras del norte chileno y por supuesto a su capital Santiago. La propuesta se venía discutiendo años atrás... lo inquietante es lo que sucederá cuando HidroAysen, la empresa líder del proyecto, intervenga las aguas de los ríos Baker y Pascua para construir sus cinco centrales hidráulicas de embalse. Estos son los ríos más caudalosos de la Patagonia chilena que corren intocados hasta desembocar en lagos y en el mar Pacífico.
En otras palabras, mi planeta azul está en peligro. Están a punto de inundar algo así como 6.000 hectáreas de campo que no sólo provocará una de las alteraciones paisajísticas más drásticas para el medio ambiente, sino que traerá consecuencias socio-culturales que temen los vecinos del tranquilo pueblo de Cochrane cuando los 2.000 obreros lleguen con sus familias a trabajar en la zona.
La Patagonia chilena es apenas comparable con la película El Señor de los Anillos: aquí la realidad parece fantasía y un arco-iris aparece cada 100 metros reflejando la sonrisa del cielo cada que contempla sus pies. Yo por ejemplo quedé absorta con la belleza del río Baker en su recorrido de 200 km hasta el mar. Este río nace en el lago Bertrand y al inicio sus aguas son de un turquesa impresionante con mucha turbulencia en algunos tramos (1000m³/seg). Me cuentan que el agua es sobretodo pura debido a la mineralización que tiene, salvo cuando se intercepta con ríos como el Neff, pues sus aguas se tornan lechosas por el sedimento glaciar que vienen trayendo.
.La Región de Aysén.
Chile se divide en 16 regiones y la región de Aysén es la más aislada. A pesar de tener mucha extensión territorial, esta región tiene la densidad poblacional más baja de toda Chile dadas las condiciones climáticas tan extremas (0,9 personas por km²). Algo maravillo de Aysén es que su territorio representa una síntesis natural de toda la Patagonia: tiene dos de los campos de hielo continentales más grandes del mundo y una enorme cantidad de fiordos, canales, mares interiores, glaciares, bosques, lagos, ríos y selvas vírgenes.
Con una de las tasas de precipitaciones más altas del mundo, donde se pueden vivir todos los climas en un mismo día, es sin duda uno de los lugares menos contaminados del planeta. Por eso duele saber que un tendido de cables de alta tensión cruzará por bosques enteros y que sus torres, de 70 metros, dañarán más de 2.000 kilómetros de deleite visual, de terapia paisajística. Con los embalses los lagos perderán sus playas. Yo estoy enamorada de la Patagonia y cualquiera que conozca estas tierras estará de acuerdo conmigo. Por lo tanto es normal que me causara algún efecto de repudio la noticia aunque claro, no soy chilena, no vivo el día a día en condiciones precarias y mi opinión poco puede cambiar las circunstancias. A mí me sorprendió saber que en el sur de Chile no hay red de gas y que ellos funcionan con leña para casi todo. ¿Qué tanta conciencia ambiental pueden tener los patagones cuando se están ‘comiendo’ los bosques para su consumo personal y, además, contaminando cantidades con la emisión de humo?
.La Guerra por el Agua.
Muchos patagones están de acuerdo con las represas; al fin de cuentas, HidroAysen promete que bajará el consumo de energía y por obvias razones tendrá que mejorar las condiciones de la carretera austral para que puedan transitar sus pesadas maquinarias. Muchos ya entregaron sus tierras a cambio de dinero mientras otros están preocupan por sacarle el mejor provecho a lo que será su realidad más próxima. En las grandes ciudades se han desatado manifestaciones significativas, sin embargo, de estas manifestaciones también hay que dudar, primero porque una postura de protesta nunca es suficiente sin contrapropuesta y, segundo, porque siempre hay gente que protesta sin saber por qué (aquí y en cualquier parte del mundo). Lo que sí es cierto es que las platas del gobierno estarán apuntando la zona y no hay que olvidar que Chile es ante todo un país mercantil. La política no importa tanto como que haya subido el precio del pan (son la segunda nación que más consume pan después de Francia, ¿sabían? A mi me sorprendió el dato).
Escuché los argumentos del presidente Piñera en un noticiero y casi me pongo a llorar. Dijo algo como: ‘la vida de unos cuantos árboles no importa tanto como el bienestar de la gente’. ...(pausa larga) ... ¿Esa fue toda su intervención para apaciguar la protesta y 'calmar' las 7.000 personas que salieron a la calle? … ¿Será que el señor Piñera si conoce bien las consecuencias ambientales o estará defendiendo sus propios intereses? (él no es sólo el presidente de Chile sino su empresario más poderoso). En fin, quedé con la duda. Y si lo conoce bien pues debería al menos esforzarse en su discurso público para desdibujar tanta arrogancia ante un tema que mueve sensibilidades.
Ahora bien. Quisiera decir que las posturas frente a HidroAysen están polarizadas pero me temo que lo que lo que he encontrado es indiferencia. Indiferencia frente a las represas, indiferencia frente a su región. Con decirles que ellos pagan el agua más cara de Chile y son los únicos que la tienen realmente pura a orillas de sus casas (y no parece importarles). A mí me indigna la indiferencia porque es la realidad más nociva de todas. Aunque tampoco es mi interés cuestionar las políticas o actitudes chilenas pues el verdadero problema de este asunto ni siquiera tiene que ver con la energía o con Chile. Es un conflicto tan grande como sus consecuencias que no conoce fronteras y pone el dedo en la llaga en algo que desborda mi sensibilidad: la guerra por el agua. ¿Cuál es el verdadero conflicto sino la privatización del agua? … ¿Por qué permitir que empresas privadas se adueñen de algo que nos pertenece a todos? ¿Cómo es posible que personas se enriquezcan a partir de un bien común que es un tesoro más valioso que el petróleo?
El asunto de la privatización del agua es complejo porque además hay mucho poder de por medio. Recorriendo la Patagonia (chilena y argentina) he visto cualquier cantidad de agua en forma de lagos, ríos, mares, quebradas, hielos, lluvias y cascadas. Hay agua por doquier. Y no cualquier agua: el agua más pura, cristalina y azul que uno pueda ver jamás. El sabor que tiene es tan celestial como su procedencia y bebo agua con la seguridad de nutrir mi cuerpo con la energía de las montañas del hielo. ¿Cómo explicar que la sangre del planeta tendrá dueño? Desde que inicié este viaje hice la promesa de nunca más comprar agua embotellada. Ando con mi termo para todos lados (el que me regalaron mis compañeros de ElPaís S.A ;). Ser consecuente con un pensar me está haciendo feliz y esta es mi protesta pacífica contra la privatización de la vida.
Por último no me queda sino reiterar lo que llevo escribiendo desde que empecé este viaje en Ushuaia: la región de la Patagonia es sagrada!! Estar acá me ha renovado el espíritu y me ha ido despojando de escamas en la piel. La experiencia ha sido además un peregrinaje hacia personas y familias rurales de excesiva hospitalidad. Para ellos yo soy Mari, o La María. No les había contado pero a Juliana la dejé con Tara. Yo decidí darle vida a esa parte de mí que no se sentía a gusto entre las limitaciones del sistema y los protocolos sociales. Y ahora que lo pienso... a medida que transcurre el tiempo me voy convirtiendo más en ella; por primera vez mi nombre se convierte en música para mis oídos pues cada llamado me hace sentir que el mantra de la mar llega hasta mi alma; estoy disfrutando mi nueva identidad. En esta ruta pasé por más de 6 pueblos chicos y no conocí el primer hostal... mágicamente fueron apareciendo personas que me invitaban a sus casas cautivadas por mi peripecia así que corrí con suerte. Sobretodo porque yo creo que compartiendo con la gente local es como más se conoce un lugar. Y, además de esto, es la adrenalina de tener unas vacaciones ‘pagas’ hacia mundos desconocidos sólo por haber tomado una primera decisión. En mi caso fue viajar sin destino, pero supongo que vivir de esta manera no es el sueño de todos. No obstante, quiero que tengan en cuenta que lo más difícil de tomar cualquier decisión es romper con las cadenas mentales. Sólo cuando nos liberamos de nuestra propia mente, es posible que un mundo nuevo se revele ante nosotros. Así que si soltamos el timón... tal vez lleguemos justamente a donde tenemos que estar… o a donde jamás imaginamos llegar. Sí o sí hay ganancia. Con el frío a mí me tocó sacar fuerzas que en mi tierrita tropical nunca antes necesité, para poder enfrentar condiciones extremas de supervivencia en todos los sentidos. Tengo ropa calientica porque me la han ido regalando en el camino!! Más que gratitud siento por el pueblo chileno y me llevo los mejores recuerdos de largas mañanas de cumbias, empanadas de manzana y noches de chamamé (un baile divertido que en realidad es argentino pero se radicó especialmente en la zona sur). Confieso que sigo sin esforzarme para tomar mate pero es que el café es lo que me sale natural! De hecho, he tomado más café acá que lo que acostumbro a tomar en Colombia y algo me dice ha sido una manera involuntaria de reafirmar mi nacionalidad. Amo saber que soy colombiana y me siento orgullosa de tener paisajes tan o más hermosos que estos -y con sol todo el año-. Para los chilenos ha sido una sorpresa que sea una colombiana 'blanquita' y no haya venido buscando trabajo como prostituta en alguna zona minera. Suena crudo pero así es la realidad para muchas colombianas en Chile. Me voy feliz de haber conocido lugares que la mayoría de chilenos desconocen porque aún para ellos éste país sigue siendo caro y sobretodo el sur que funciona casi como una isla independiente pues ni la carretera austral tiene buenas condiciones. En este momento estoy ante la primera encrucijada del viaje pues no sé si seguir hasta la Isla Grande de Chiloé, o volver a Argentina para ver orcas, ballenas francas, pingüinos y leones marinos en Puerto Madryn. Me cuentan que en Chiloé es donde se originan la mayoría de mitos sobre duendes y brujas y sólo Dios sabe cuánto me gustan estas historias! Pero... tengo que aceptar mi realidad financiera y no puedo quedarme más tiempo acá. En todo caso hasta ahora tengo dos cosas claras: que no estoy siguiendo la tradicional ruta 'lonely planet', y que argentinos y chilenos ven lo mismo pero de modo distinto. No puede ser una coincidencia que los primeros se pongan pedo cuando se emborrachan, y los otros se hagan raja!
¡Hasta siempre, Chile!
|
(homenaje al Báker) |