Quisiera no estar escribiendo esta entrada con los ojos encharcados porque pareciera que el dolor se profundiza más a medida que escribo. Sin embargo, necesito desahogarme para liberar esta sensación de angustia y frustración que ahora mismo empaña mi viaje: me robaron TODO el efectivo que traía conmigo. Y cuando digo todo es todo, no lo hago por sobredimensionar la situación. Pero lo importante de esta historia no son los pormenores del robo sino cómo cambiará mi vida de ahora en adelante.
Como es natural me sentí sola; desprotegida, acorralada en una ciudad fría que vive del turismo pero odia a los turistas. He conocido muchos viajeros que la vienen guerreando, que trabajan para sobrevivir y poder recorrer nuevos lugares. Me pregunto qué pasará conmigo y aunque tengo incierto el camino, lo que sí es cierto es que los desafíos fortalecen mi espíritu así que de esta situación aprendo lo que corresponde; me adapto a los cambios y saco la lección #2 de este viaje (anotar el número de serie de los US 100).
Lo primero que se me ocurre es recurrir lo que más pueda a couchsourfing, la red social de mochileros donde se intercambian hospedajes. Yo pienso en Tara y me hace tanta falta, que para mí es difícil decidir ya si voy a quedarme a trabajar en algún lugar aprovechando la temporada de invierno (como me aconsejan). Ya no le tengo tanto miedo a la nieve porque a pesar que todavía no compro ropa abrigada, por ahí me han estado regalando cositas y me ha hecho feliz saber que aún existe solidaridad y gente bonita en este mundo que puede llegar a ser hostil.
El incidente con la plata me puso a pensar en el dinero. ¿Qué es el dinero? En mi caso es lo que me permite ser una hippie antojada aunque no sé si el antojo sea un pecado para la vida que escogí. Me robaron pero sigo viva y soñando… en cambio, ¿cuántos damnificados del invierno en Cali lo han perdido todo? Ahora agradezco no haber vendido todas las cosas de mi casa ‘sólo por plata’ porque en este momento esa plata de mis tesoros estaría en manos equivocadas. Creo que lo que realmente me duele no es perder el dinero sino la manera de perderlo, y prefiero pensar que yo misma quemé los billetes como parte de algún ritual de protesta contra el capitalismo y la sociedad de consumo. Contra el sistema y sus falsas dictaduras… Ojalá hubiera tenido la madurez espiritual para reaccionar con amor ante el robo; primero lloré, maldije, me lamenté... luego aproveché que me dirigía hacia la 'capital nacional del trekking' para subir a la montaña algunos días, re-encontrarme con la Pacha Mama y recordar que las mejores cosas de la vida no tienen precio. O ¿cuánto valen los atardeceres cuando el sol se despide con violetas sobre el cielo? ¿Cómo pagás mil estrellas a 800 metros de altura?.. ¿cómo podrías diferir el crédito para ver el cerro Fitz Roy al amanecer del color de un durazno en almíbar?
El incidente con la plata me puso a pensar en el dinero. ¿Qué es el dinero? En mi caso es lo que me permite ser una hippie antojada aunque no sé si el antojo sea un pecado para la vida que escogí. Me robaron pero sigo viva y soñando… en cambio, ¿cuántos damnificados del invierno en Cali lo han perdido todo? Ahora agradezco no haber vendido todas las cosas de mi casa ‘sólo por plata’ porque en este momento esa plata de mis tesoros estaría en manos equivocadas. Creo que lo que realmente me duele no es perder el dinero sino la manera de perderlo, y prefiero pensar que yo misma quemé los billetes como parte de algún ritual de protesta contra el capitalismo y la sociedad de consumo. Contra el sistema y sus falsas dictaduras… Ojalá hubiera tenido la madurez espiritual para reaccionar con amor ante el robo; primero lloré, maldije, me lamenté... luego aproveché que me dirigía hacia la 'capital nacional del trekking' para subir a la montaña algunos días, re-encontrarme con la Pacha Mama y recordar que las mejores cosas de la vida no tienen precio. O ¿cuánto valen los atardeceres cuando el sol se despide con violetas sobre el cielo? ¿Cómo pagás mil estrellas a 800 metros de altura?.. ¿cómo podrías diferir el crédito para ver el cerro Fitz Roy al amanecer del color de un durazno en almíbar?
Salí con mis sueños rotos antes de llegar a El Chalten, es cierto. La carretera estaba fría, plana, llena de hierba y arbustos y de repente yo estaba ahí mimetizada entre mesetas y con la aspereza de las espinas de El Calafate y la melancolía de la tarde más que tibia. Ahora me siento mucho mejor.
Sigo descubriendo por qué elegí el invierno cuando perseguía el verano. Algo me dice que es una metáfora de mi propia soledad... esa que siempre he disfrutado, que encuentro, que me llama. Tal vez tenía que sentir los paisajes de la Patagonia para encontrar el verdadero sentido de la vida. El cielo es azul y la mar tan azul... y sólo azul refleja el hielo. ¿Desde cuándo mi mundo se tornó azul? Mis ojos son azules pero también contienen los colores de mi alma como un caleidoscopio casi imperceptible para los que no saben mirar. Aunque yo estoy por pensar que lo que pasa es que proyectan lo que estoy sintiendo en mi paso por el sur de Argentina: SERENIDAD PURA.